Érase una vez una niña a la que le gustaba mucho el deporte.
Cuando era pequeña decidió aprender distintos deportes como balonmano, voleibol,
fútbol, etc….
Un día practicando balonmano, como no calentó bien, se
lastimó y la tuvieron que llevar al hospital donde le dijeron que tenía más un 50%
de que se quedara paralítica, porque tenía una lesión. Para que
no se quedara paralitica le tenían que hacer una operación muy delicada, pero
decidieron que aunque a María le gustara mucho el deporte no podían operarla ya
que era bastante arriesgado.
María fue creciendo e hizo una vida normal como todos los
niños, aunque un poco triste porque por
culpa de no calentar bien no podía hacer lo que a ella le gustaba. Por eso sus amigas le apoyaban en todo lo que hacía
y a pesar de ser paralítica le aceptaban
tal como era.
El 7 de marzo de 2004 María celebró su cumpleaños en el que cumplía
13 años. Sus amigas como sabían que le gustaba mucho el deporte, llamaron a una
asociación de paralíticos que los ayudaban a aprender a hacer deporte. Ellas querían
conseguir que María se animara y volviera a ser la misma de antes.
Una mañana de abril la asociación llamo a las amigas de María, anunciándole que podían
ayudarle a hacer deporte. No dudaron ni un segundo en decírselo a María, cuando
se lo contaron se puso muy contenta y le
dijeron que podía empezar a hacer deporte cuando ella quisiera.